En los últimos tiempos han aparecido (y siguen haciéndolo) servicios de videojuegos publicitarios customizados a bajo coste. Se trata de videojuegos con mecánicas estándar previamente desarrollados que la marca cliente personaliza con su logotipo y algún elemento de branding más.
El argumento de venta de este producto (obviando el coste menor que un videojuego hecho bajo encargo) es la rapidez de disponibilidad. ¿Son adecuados para una marca estos productos como mensaje publicitario?
Veámoslo de otro modo. Como encargado de marketing, ¿comprarías un spot de tv ya emitido simplemente cambiando el branding? Probablemente la repuesta sea “no”. La publicidad no es únicamente mostrar un aspecto gráfico a nuestros clientes potenciales; la publicidad trata de comunicar, de empatizar y, sobre todo, de hacer ese mensaje memorable.
La publicidad trata de comunicar, de empatizar y, sobre todo, de hacer ese mensaje memorable. Clic para tuitear
Cuando un usuario decide descargar un juego con una mecánica estándar en su móvil, pongamos, un juego tipo Candy Crush, lo hace porque le apetece jugar a esa mecánica y le va a dar igual que sea el Candy Crush original, desarrollado por King, que una de las cincuenta copias que existen; mañana no recordará quién hizo el juego. Pero si lo que tenemos entre manos es un advergame, un videojuego publicitario, el objetivo fundamental es, de hecho, que mañana recuerde qué tenía de especial ese juego y difícilmente habremos construido una experiencia memorable si hemos reutilizado un juego que el usuario ha visto cien veces.
Cuando un anunciante llega a Spherical Pixel, tratamos con él los aspectos del producto anunciado para que el juego se adapte en su perfecta medida, como un traje de sastre, a los valores que se pretenden comunicar y para que la experiencia de juego, asociada al producto, sea recordada.
